jueves, 26 de septiembre de 2013

Jugando a buscar palabras

Jugando a buscar palabras, esta mañana se me ha enredado entre el pijama y la taza del café, la palabra "incertidumbre" o dicho de otro modo más trivial el "porvenir" o también podría utilizar estas otras que llevo cargando en mi disco duro desde hace semanas: miedo, susto, Siria, guerra, armas químicas y así hasta llegar a Rajoy pasando por el Perito Moreno que se cae a pedazos en medio de nuestra brutal indiferencia.

Se desmoronan los glaciares y se despedazan los hombres entre sí, se gasean unos países a otros por el placer de conquistar un pedazo de poder negro, muy negro como el color del petróleo más espeso y se amenazan las naciones con ataques de soberbia. El mundo se ha vuelto loco, vivimos en un carrusel de arrogancias dominado por líderes megalómanos que no dudan en bombardear territorios en nombre de una supuesta paz mundial. Están todos locos y el resto estamos aún más de atar. 

Nos sentamos a las tres de la tarde a degustar un buen menú mientras el telediario retransmite en directo uno de tantos exterminios como suceden en el mundo cada cinco minutos. Hemos perdido la cuenta de los muertos de Irak y la cuenta de los de Irán, y la cuenta de los niños que mañana serán hombres-bomba en potencia con un arsenal de odio incalculable en sus diminutas almas. 

El mundo se balancea en el borde de un abismo político, económico, religioso y social, mientras se extiende como un veneno por las entrañas del planeta toda una cultura de guerra, corrupción e impunidad que espanta. Vivimos rodeados de incertidumbres. Desde el amanecer de la historia existen lugares malditos que azotan la estabilidad mundial, nos ha tocado vivir un momento extremadamente delicado y no se vayan a creer que por vivir en un pueblito perdido en Sierra de Gata están a salvo de sufrir el zarpazo del tigre que cabalga suelto por el mapamundi. 

Montones de cadáveres se alzan por los pasillos de la Historia pidiendo venganza, y mientras tanto en esta parte del mundo, unos diminutos seres parlantes reunidos en torno a una mesa se despellejan vivos por un disco duro y un pedrusco que hace frontera con Africa. Vivimos ahogados por las incertidumbres. 

El mundo es el juego del parchís que desde el principio de los tiempos se juegan Rusia y Gran Bretaña, somos fichas de colores que mueven a su antojo para llegar a los yacimientos del petróleo y poseer el mar hasta sus confines. Obama vino para cambiar las cosas pero se ha metido en el juego como el gran tirador de dados. Más incertidumbre para nuestro futuro. Torres más altas caerán... 

Esta guerra no es la nuestra. Qué gran error, todas las guerras son nuestras guerras. Todos los muertos son nuestros muertos y pesarán en algún rincón de nuestra conciencia cuando salgamos del teatro por la puerta de atrás. Cuando la obra haya terminado sin aplausos en el patio de butaca.

1 comentario:

  1. Muy buena reflexión. Me ha hecho pensar... esto que dices ha pasado siempre con el ser humano. Fue, es y será. La diferencia es que cada vez somos más y con más medios, con lo que la cosa se acelera. Vaya porvenir...

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