lunes, 19 de agosto de 2013

Egipto, tierra de misterios.

No se fíen de nadie que les pretenda resumir lo que ocurre en Egipto en un tuit de 140 caracteres. Tampoco en un titular. Ni tan siquiera en una crónica televisiva de minuto y medio. Si de verdad queremos saber lo que ocurre en ese país y, por añadidura en el norte de África y en el Oriente Próximo hay que tener conocimientos de historia, de política y de religión como los que despliega cada día Kim Amor en sus crónicas. Hay que leerlas y, aún así, se nos escapa mucho de los que pasa y casi todo de las razones por las que pasa.
Lo fácil es elegir a un loco, o a unos locos y cargarles con la culpa. Pero hay muchos responsables. Hay muchas razones que explican el comportamiento de unos y de otros. O mejor, muchas sinrazones que amparan lo que hacen los unos y los otros. Por eso lo prudente es preocuparnos de los nuestros. ¿Han actuado con prudencia los gobernantes occidentales en Egipto? ¿Por qué tardaron 20 años en darse cuenta que los motivos para amparar a Mubarak cayeron con el muro de Berlín?

Hace al menos dos décadas que la diplomacia occidental tiene un comportamiento zombi. No ha superado el esquema bipolar de la guerra fría y ha querido resucitarlo por la vía de la guerra de civilizaciones. El resultado es que cada vez ha elegido peor a sus aliados locales y los ha tratado con mayor inseguridad. ¿Qué cara tienen que poner hoy los egipcios que intentan desde hace décadas instaurar una democracia en su país viendo como gobiernos occidentales miran hacia otro lado cuando se encuentran los cadáveres de quienes salieron a la calle a defender el resultado de las elecciones? Occidente ya solo es un aliado fiable para dictadorzuelos de tres al cuarto dispuestos a simular elecciones siempre que no ganen los islamistas. Y lo más triste es que en esta región, Europa, se ha convertido en monaguillo de la doctrina que inventó EEUU en América Latina. Y así les va y nos va.

1 comentario:

  1. NO estoy de acuerdo, los Hermanos Musulmanes merecen lo que les está pasando.

    Donde hay Islam NUNCA puede haber ni democracia ni libertad.

    Los que han salido a la calle a defender un resultado electoral que dio la victoria a un grupo asesino y que, como se ha visto por lo que pretendía montar Mursi, de demócrata no tiene nada, esos sujetos impresentables iban a imponer la Sharia Islámica sin más y a ver quien me convence a mi que la Sharia es democracia.

    Con el Islam hay que comportarse así, es lo único que merece y eso se debería extender al resto del mundo.

    El Islam debería ser erradicado de la faz de la tierra como la mortífera pandemia que es.

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