“The Kiss” llamó Gustav Klimt aquella obra besando a su amada Emilie Flöge. "Aquella gloria" llamaba Miguel Hernández al beso de su amada. Para Gabriela Mistral los besos son "de tempestad", y "de llama". Joan Salva-Papasseit propone dejarse de milongas: "Cuando beses, bebe". Delfina Acosta tomaba "con su boca un poco de su lengua y de su aliento". No sabe Bécquer qué otorgar a su bella por un beso, pese a que le ofrendaría "por una mirada un mundo" y "por una sonrisa un cielo". Si Pablo Alborán “pudiera darle el beso, sabría cómo duele este amor” para poder invertir el universo. Más prosaico, Pau Donés concretamente por el de la flaca "daría lo que fuera".