Dañar y no tener valores humanos, es una decisión. Es la actitud mental de cada uno.
Dicen: Hubo un hombre que era un criminal. El hombre tenía dos hijos pequeños. Un día lo detuvieron y un juez lo condenó a veinticinco años de cárcel. Luego sus dos hijos crecieron. Uno de ellos se convirtió un criminal y el otro un virtuoso.
Años después, atraparon también al hijo criminal y lo enviaron al juzgado. El juez era el mismo que había juzgado a su padre tiempo atrás. El otro hijo bueno estaba en la sala viendo el juicio de su hermano.
El juez dijo: quiero preguntarle a los dos. Miró al hijo que estaba tras las rejas y le dijo: ¿Por qué has salido criminal?, el hijo contesta: ¿Y qué más esperaban de mi, si mi padre era un criminal?
El juez mira al hijo bueno y le dice: ¿Por qué fuiste bueno?, y él contestó: ¿Y qué más esperaban de mi, si mi padre era un criminal?
Los dos hijos con muy distintas conductas dieron la misma respuesta "¿Qué más esperaban de mi, si mi padre era un criminal?"
Sean las circustancias que sean, uno puede elegir tomar el camino del bien y de no dañar o el camino del mal y justificar el daño, pues los pretextos en ambos casos están de sobra.
Esa humana costumbre de -hagamos lo que hagamos- echar la culpa al empedrado. Siempre los otros.
ResponderEliminarAbrazos.