Desde hace ya bastante tiempo, las noticias políticas corrientes, le resbalan al común de los españoles, incluso a la mayoría de los que se consideran politizados o que lo son de verdad. A muy pocos les importa lo más mínimo que el presidente gallego haya anticipado las elecciones. O que Rajoy y Van Rompuy hablasen de cómo acelerar la unión bancaria europea. Hoy por hoy, la política es incapaz de generar el mínimo interés en los ciudadanos. Solo revive falsamente en los breves momentos en los que el voto, condicionado por la propaganda vacía, permite echar al que está en el poder. O sea, ejercer una especie de venganza popular. Que, además, solo unos pocos creen que vaya a valer para algo.