Niños y niños…

Imagino que a cualquiera de ustedes les ha emocionado todo aquello que han ido sabiendo de Martin Richard, el niño de ocho años que perdió la vida en Boston la semana pasada. A todos nos estremece ver su fotografía, sus vídeos, su cara angelical, y nos impresiona más porque pensamos que el azar se lo ha llevado como podría haber acabado con la vida de nuestros amigos, de nuestros vecinos o de nosotros mismos.

Un año después...

Hoy hace justamente un año que escribo en este blog. Mi andadura bloguera comenzó un 16 de Abril de 2012, con contenidos pendientes de concretar pero con una gran ilusión. Después de un año soy incapaz de determinar la aportación que hace a mi vida. A veces lo consideraba una pérdida de tiempo, otras una buena inversión, pero ya ha conseguido crearme una adicción.

Vivir con miedo es vivir a medias

Miedo de vivir. Miedo de soñar. Miedo de tener miedo. Miedo al qué dirán los vecinos. Miedo a las preferentes de los bancos y cajas. Miedo a quedarse sin el dinero tan duramente conseguido. Miedo a no tener trabajo. Miedo a la traición de los amigos y de tu gente más cercana. Miedo a no llegar a fin de mes. Miedo a despertarse de noche, empapado en sudor y dudas. Terror a la incertidumbre de cada día a la que nos han condenado nuestros representantes. Miedo que da miedo del miedo que da.